Veamos, estás super animado realizando un trabajo en cual sientes que todo va muy, y de pronto, —Toc, toc— el impostor llega y te dice que no eres lo suficientemente bueno, que siempre habrá algo y alguien mejor.
¿Ahora sí te suena?
Te presentamos al “Sindrome del impostor”, aunque tal vez ya lo habías escuchado antes, es bastante famoso por frustrar sueños y hacer duda sobre el talento.
Su principal función es hacerte sentir que no eres suficiente, crea inseguridades y en su mayoría afecta a mujeres, aunque se presenta también en los hombres.
¿Cómo puedo saber que un impostor vive en mi cabeza?
Sientes que eres un fraude, que no eres merecedor/a de lo que tienes.
Intentas ser perfecto todo el tiempo, y si no lo logras no eres lo suficientemente bueno.
Solo ha sido suerte, sientes que todo lo que tienes es porque has tenido suerte pero no ves todo el trabajo que has realizado para obtenerlo.
Te autosaboteas, piensas que todos son mejor que tú y haces menos tus esfuerzos.
¿Por qué sucede esto?
Tiende a ser ocasionado por haber crecido con una autoexigencia, donde lo único bueno es lo perfecto y si no llegas ahí, entonces no eres bueno.
Creencias limitantes, debes demostrarle a los demás lo que vales, por lo que no te permites cometer errores o los demás te rechazarán.
Emites un juicio constante sobre ti, y si no llegas a los estándares de perfección, te sientes frustrado e inseguro con tus resultados.
¿Qué puedo hacer?
Aprender a reconocer tus logros, grandes o pequeños, son logros y ¡SON TUYOS! No dejes que nadie y menos tú, te los quites.
Aprende a soltar, deja de queres controlar todo. Hay cosas que están fuera de tu alcance, y esta bien, no debes sentirte culpable por eso.
Aprende a identificar cuándo llega el impostor, y no dejes que llene tus pensamientos de cosas negativas hacia ti.
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