Ser mamá es: Un viaje sin retorno.

Siempre escuchamos sobre lo maravilloso que es ser mamá, pero ¿realmente todo es miel sobre hojuelas?

Qué me dices de todas esas noches sin dormir porque tu bebé no dejaba de llorar.

De las veces que se te hace un nudo en la garganta al verlos sufrir.

O las noches que pasas en vela porque se enfermó y no quieres que algo malo le pase.

Ser mamá es mucho más que cambiar pañales, bañarlos, educarlos y amarlos. Ser mamá es retarte a ti misma, luchar con tus creencias heredadas que no quieres transmitirles a tus hijos.

Ser mamá es vivir bajo el juicio constante del “no hagas eso” “no lo dejes llorar” “a mí, mis papás me enseñaron que…”

Ser mamá es pensar doble sin olvidarte de ti —Vaya que ese es un trabajo difícil— ¿Por qué por 2? porque sin quererlo, a tus pensamientos llegarán primero ellos y después tú. Porque el famoso dicho “te quitas el pan de la boca por ellos” tiene tanta razón en sus palabras.

Y es que, el viaje que te pone tu mundo de cabeza no es cuando un pequeño ser llega a tu vida, el verdadero viaje de emociones es cuando comienzan a crecer.

Cuando te das cuenta de que ya no necesitan de ti. Que su mundo ya no gira en torno a mamá y papá. El momento que comienzan a ser más independientes, a defender sus ideas, cuando comienzan a forjar su carácter y puede que choque con el tuyo, pero a pesar de todo, no los cambiarías por nada en el mundo.

Porque ser mamá es convertirse en superhéroe y en bruja al mismo tiempo cuando no les das permiso de ir con sus amigos.

Porque la aventura de ser mamá es no estar siempre de acuerdo con ellos, pero aun así apoyarlos hasta el fin del mundo.

La aventura de ser mamá es, ayudar al hijo de alguien más porque “podría ser tu hijo quién necesite la ayuda de un tercero” y quisieras que ese alguien los ayudará.

Porque sumergirte en este viaje implica cambiar muchas partes de ti, tu cuerpo, tu mente, tus sentimientos, tus creencias, tus miedos y limitantes, incluso tu forma de amar. Porque en ocasiones va a implicar tomar decisiones que no te gusten, pero hay que tomarlas por un bien común.

Las variantes sobre “Cómo ser mamá” y la realidad es que no existe un manual que te enseñé a ser la mamá perfecta. La vida te va a enseñando a cómo actuar, decidir, amar, respetar y a estar para ellos de manera incondicional. Y, sobre todo, saber que algún día debes dejarlos volar y esperar haber hecho un buen trabajo con ellos. Pero nunca olvidar que, madres hay muchas, pero como tú, ¡ninguna!

Para ti, ¿Cuál ha sido tu mayor aventura siendo mamá?