Vamos a tratar de recordar alguna conversación en la semana, un post en Facebook o Instagram o algún pensamiento en twitter. Seguro una persona menciono que sufre de ansiedad, pero es que pareciera que sufrir de ansiedad se ve como si fuera una gripe.
“Ay, ya sé que sufro de ansiedad pero ni modo, ya se me pasará” “Es que estar todo el día en la compu me incrementa mi ansiedad” “Solo con ejercicio reduzco mi ansiedad”
Espera un segundo... ¿Quéeeee?
¿En qué momento nos volvimos esclavos de un trastorno normalizado? ¿Por qué si se habla tanto de ello, hay tan poca acción? ¿Será la apatía que nos provoca no tratar de buscarle una solución? ¿O será una moda de la que se quiere ser parte de manera indirecta?
Cualquiera de estás interrogantes me suena aterradora. ¿Hasta qué punto estamos dispuestos a luchar por nuestra salud mental?
Hoy en día cada vez vemos más jóvenes viviendo con este trastorno. La reducción del contacto físico, una pandemia, tratar de aparentar una vida “perfecta” repleta de lujos, viajes y estereotipos, han provocado que la ansiedad incremente.
Pero, ¿cómo convertir algo normalizado a un problema que necesita una solución?
Fácil, dejar de ser parte de ello!
¿Cómo? DEJA DE SER PARTE DEL CLUB Y VE EL VERDADERO PROBLEMA.
Cada que escuches que alguien te diga que sufre de ansiedad, no pases de largo en la conversación, pregúntale si ya se esta tratando, o si ya encontró ayuda, si quiere platicar del tema, si le puedes ayudar en algo o cómo pueden encontrar una solución juntos.
A pesar de ser un trastorno individual, la recuperación no tiene porqué serlo.
Y a ti, ¿Te gustaría poder ayudar a otros?
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