La manera en la que nuestro cerebro se ve afectado por nuestras preocupaciones, lo podemos resumir en una palabra: Tóxico.
En la mayoría de los casos, nuestros pensamientos llegan a ser más graves que el problema en sí, ya que nuestra mente tiende a crear escenarios ficticios y alucinaciones.
Un claro ejemplo puede ser cuando tratamos de bajar de peso, pero nos olvidamos de nuestro proceso y nuestro cerebro empieza a compararse con otros cuerpos en internet, nos preocupamos por el cómo nos ven los demás, cómo se nos ve la ropa, etc.
Haciendo que este tipo de pensamientos nos lleven a la frustración y no nos permitan avanzar.
De acuerdo a Joseph LeDoux (Neurocientífico de la Universidad de Nueva York) nos menciona que las personas no sabemos llegar a un termino medio, es decir, llevamos nuestras preocupaciones a un nivel extremo.
"La emoción es más importante que la razón" -Joseph LeDoux
También nos explica que nuestro cerebro está programado de tal forma que nos preocupamos primero y razonamos después. Pero, ¿por qué?
Porque nuestro sistema emocional son los primeros en recibir la información y por lo tanto, el primero en mandar una reacción.
Al mismo tiempo nos explica, que las emociones tienden a tener mas peso que la razón.
Entonces, ¿de qué manera las preocupaciones afectan al cerebro?
Cuando nuestras preocupaciones afectan con intensidad nuestro cerebro, podemos empezar a desarrollar los siguientes problemas:
Dolores de cabeza que se convierten en migrañas
Poca concentración
Dificultad para resolver problemas
Falta de memoria
¿Qué podemos hacer para solucionar este problema?
Algunos dirán, "dejar de preocuparnos" pero en realidad, es imposible no hacerlo, lo que sí podemos hacer es aprender a preocuparnos.
Es decir, elegir qué merece tu tiempo y energía para dejar aquellas preocupaciones que no te llevan a ningún lado.
Para ello, podemos aplicar los siguiente:
Pon tus emociones sobre la mesa y analiza la raíz de tus preocupaciones y sobre eso, ver cuáles si puedes resolver y cuáles no.
No tomes decisiones cuando tu estado de ánimo no sea el mejor, ya que no pensarás con claridad.
Toma en cuenta tus pensamientos que no son reales. La mayoría de nuestras preocupaciones las vemos más graves de lo que en realidad son.
En conclusión, recuerda que no hay varita mágica que cambie todo de la noche a la mañana, pero sí puedes ir aprendiendo a cómo reaccionar ante situaciones estresantes o que exijan mayor tiempo en ti.
Al mismo tiempo, no olvides que a pesar de lo mucho que queramos resolver todo por nuestra cuenta, no somos superhéroes, por lo tanto, siempre puedes pedir ayuda con un profesional en el tema.
En Beminful contamos con todo un equipo especializado para poder apoyarte.
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